domingo, 20 de abril de 2014

Presentación

Este blog surge con la intención de difundir en español todas las investigaciones e información disponibles acerca de los estudios psicológicos, psiquiátricos y neuronales relativos a los efectos de las llamadas drogas psicodélicas en el cerebro humano. Entre estas substancias se encuentran la psilocibina presente en los "hongos mágicos" psilocibe cubensis, la DMT (dimetiltriptamina), principio activo de la ayahuasca, el LSD y la mescalina, aunque la lista es más larga.
La mayoría de estas substancias son consideradas drogas duras por la mayoría de las legislaciones. Su comercialización está prohibida, están apartadas de la investigación científica, salvo contadas excepciones, y en el mejor de los casos su posesión y uso permanece en el limbo legal.
Inicio este blog desde la convicción de que tal situación es una tragedia social de la máxima gravedad.
El potencial científico y curativo de estas substancias ha sido siempre patente para todas las culturas que a lo largo de la historia las han conocido, así como para los individuos occidentales que desde su descubrimiento general para el mundo moderno, a partir de mediados del pasado siglo, se han acercado a ellas libres de prejuicios.
Los motivos por los cuales precisamente nuestra cultura ha decidido apartar estas substancias no sólo de la investigación y de la medicina sino incluso de la legalidad, no se pueden tratar en una breve entrada de presentación como ésta, aunque sin duda formarán parte del debate más adelante.
Pero estamos viviendo la era en que esta concepción cambiará, o al menos estamos iniciando dicha era.
La BRAIN iniciative anunciada por Barack Obama en abril de 2013 como megaproyecto de investigación cerebral, con un presupuesto de 3000 millones de dólares para 10 años es un síntoma de que nuestra sociedad empieza a tomarse con toda la seriedad que merece la cuestión de desentrañar de una vez los misterios que aún conserva en su mayor parte el funcionamiento del cerebro.
Y tarde o temprano las personas involucradas en esa tarea se darán cuenta, quieran o no, de que el conocimiento profundo del cerebro va indisolublemente asociado al conocimiento de los efectos que sobre el mismo provocan las llamadas drogas psicodélicas.
Cualquier intento de llegar a un conocimiento del cerebro que pretenda dejar de lado el estudio de los efectos sobre el mismo de la psilocibina o el LSD, chocará de manera irremediable contra el muro de la dura realidad. Será un conocimiento lastrado por prejuicios, incompleto, como el que tantas veces a lo largo de las siglos ha empantanado a otras disciplinas científicas cuando los investigadores no han querido o no han sabido enfrentarse a clichés sociales basados en concepciones acientíficas de la realidad.
El peso de esas concepciones nunca ha sido pequeño. Desde los pioneros del estudio de la anatomía humana que tenían que esconderse para hacer sus disecciones de cadáveres para evitar la condena por parte de las autoridades religiosas, hasta Galileo obligado a retractarse de sus descubrimientos, la lista de prejuicios que han tenido que superarse es larga.
En la misma situación se han encontrado las ciencias de la psiquiatría y de la psicología durante las últimas décadas a causa del casi completo abandono del que han sido objeto las substancias psicodélicas.
Pero el siglo XXI estará definido para dichas ciencias como el del (re)descubrimiento de los psicodélicos. Más allá del capricho personal de uno o varios individuos que quieran legalizar ciertas substancias, estamos asistiendo a la extensión a niveles epidémicos de enfermedades mentales que históricamente han tenido una relevancia casi nula, tales como las diferentes formas de depresión, el mal de Alzheimer, los trastornos post-traumáticos, las adicciones y compulsiones, y las formas variadas de psicopatías. La incidencia masiva de estas enfermedades, con el coste personal, familiar y económico que conlleva en nuestra sociedad es de hecho lo que ha llevado a la puesta en marcha de la BRAIN iniciative. Y la obligación imperiosa de encontrar remedios para estas enfermedades es la que hará que caigan los prejuicios acerca del estudio y uso de substancias psicodélicas.
Para adelantar la tarea de acabar con la ilegalidad y ostracismo de estas substancias, barrer el desconocimiento y prejuicios con los cuales son consideradas, y hacer ver de la manera más amplia y clara posible la necesidad de cambiar la percepción general que nuestra sociedad se ha formado acerca de ellas, inicio este blog.

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